Parece que el nombre de esta ciudad del Piamonte italiano le ha sentado muy bien a esta nueva estrategia de trading. Seguimos conservando la vieja premisa de que un sistema debe conservar su robustez en períodos largos del mercado que reflejen con gran precisión todos los escenarios posibles; incluso, siendo conscientes de que la curva de beneficios resultante mostrará un comportamiento modesto, heterogéneo y en no pocas ocasiones negativo. Sin embargo, y pese a algunas opiniones contrarias de otros desarrolladores, nos parece mayor el riesgo de retocar reglas y/o ajustar parámetros en función de los escenarios de volatilidad observables en los últimos años.
Buena parte de los inversores sistemáticos, cansados quizá de que la paulatina disminución de la volatilidad observada en los últimos años haga inviable la práctica del day-trading con algunos sistemas que han funcionado bien en el pasado, comienzan a fijarse marcos temporales más largos. De este modo están proliferando estrategias automatizadas que, sin renunciar a time frames muy pequeños –de entre 30 y 120 minutos– sacan partido a procesos cíclicos del mercado cuyo horizonte se sitúa entre las dos y diez sesiones y cuya amplitud media oscila entre 2 y 5 unidades ATR en momentos laterales del mercado y un máximo15 ATR en momentos de fuerte tendencia.
Las estrategias de posicionamiento —conocidas como position sizing o bet sizing— son uno de los elementos más relevantes de la gestión monetaria. Básicamente, se trata de fórmulas matemáticas ideadas para determinar el número óptimo de contratos (o acciones) por operación. Casi todas ellas suelen sacar partido de una táctica general de la Teoría del Juego conocida como método antimartingale, consistente en ir aumentando o disminuyendo el tamaño de la posición a medida que la curva de beneficios (equity curve) crece o decrece con cada nueva operación.
Desarrollamos este sistema con fines didácticos. Nuestra intención es jugar con algunas de las ideas enumeradas en artículo El eterno dilema de las medias móviles, aparecido en esta web la semana pasada. En él se analizaron varias propuestas (DEMA, GD y T3) para suavizar (smooth) medias e indicadores clásicos sin incurrir en un excesivo retardo (lag) respecto a las series de precios.
Muy pocos desarrolladores dudan de la utilidad de las bandas de Bollinger en la determinación de targets points viables para el diseño de sistemas que aprovechan los desbordamientos de banda (volatility breakout) para la fijación de las señales de compra y venta. Sin embargo, como bien afirma John Bollinger en el libro Bollinger on Bollinger Bands, los puntos de vuelta, no constituyen por si mismos una señal válida de posicionamiento si esta no se ve confirmada por otros indicadores. Con frecuencia, las cotizaciones suelen “cabalgar” sobre las bandas en tramos tendenciales más o menos largos que generan considerables drawdowns en este tipo de sistemas.
En el arsenal de estrategias de los operadores a corto suelen ocupar un lugar destacado las bandas de precios y los canales de volatilidad. Su empleo no se limita únicamente a establecer puntos de entrada y de salida, sino que juegan un papel destacado (por lo general, en combinación con otros indicadores) en la determinación de zonas de sobrecompra y sobreventa, e incluso en la fijación de stops.
Ofrecemos en este nuevo sistema experimental una aplicación práctica del Chandelier Stop sobre una estrategia de entrada basada en el oscilador diferencial de medias (Average Disagree Osc; ADO) que, como es sabido, ofrece en mercados tendenciales una buena estimación de fluctuaciones extremas que indican tanto la evolución positiva o negativa de la curva de precios (a partir de una línea base que, generalmente, toma el valor “0”) como las posibles situaciones de cambio de tendencia a partir de los puntos de vuelta del indicador.